Page 22 - Boletin Observatorio Internacional
P. 22

Sin embargo, el derribo del vuelo 17 de Malaysia Airlines, en julio de ese mismo año sobre el territorio de Donetsk, no solo causó la muerte de sus 283 pasajeros y 15 tripulantes; también gatilló una crisis bilateral a gran escala luego que Washington afirmara tener pruebas de que el avión comercial había sido derribado por un misil tierra-aire
Buk entregado por Rusia a los separatistas.
El Kremlin lo negó,
pero eso no impidió
que Estados Unidos
y la Unión Europea
impusieran duras
sanciones comerciales
y energéticas a Rusia,
las cuales aún se
mantienen vigentes.
Un tema que desde entonces Putin ha aprovechado para sostener que lo que EE.UU. realmente busca es anular a Rusia como potencia y poner límites a su desarrollo.
¿Un nuevo pacto?
La guerra civil en Siria también se convirtió en un escenario en el que ambas potencias se han enfrentado. Específicamente a partir de agosto de 2013, cuando Washington acusó al régimen del Presidente Bashar al Assad de utilizar armas químicas en contra de la población civil.
Obama había advertido que si el gobierno sirio usaba este tipo de sustancias, cruzaría una “línea roja”, lo que tendría graves consecuencias. Y a raíz de eso, la idea de una intervención militar occidental en Siria se instaló con fuerza. Al menos, hasta que Rusia intervino en favor de Al Assad, ofreciendo a la comunidad internacional garantías de que el régimen sirio entregaría
todo su arsenal químico, lo que se concretó
La eficaz diplomacia rusa había desmantelado de manera veloz los planes de Obama contra Al Assad, dejando solo en palabras su amenaza de no cruzar la “línea roja”.
En este contexto, pocos deben haber pensado que la elección presidencial de 2016 sería el siguiente escenario de confrontación. Pero la primera luz de alerta la dio la filtración de correos electrónicos de funcionarios del Comité Demócrata Nacional —quienes debían mantenerse neutrales—, en junio p a s a d o , en que manifestaban abiertamente su apoyo a Hillary Clinton y desmerecían a Bernie Sanders, su
competidor en las primarias.
Para el Kremlin, un eventual triunfo de Clinton habría garantizado la continuidad de la política de Obama hacia Rusia (sanciones políticas y económicas, entre otras), lo que explica su interés por evitar su llegada a la Casa Blanca.
Finalmente, con Trump ya convertido en Presidente electo y a solo diez días de asumir plenamente su cargo, la CIA, el FBI y la NSA entregaron un informe conjunto que asegura que Moscú había hackeado la campaña y que sus objetivos eran “denigrar a la secretaria Clinton, dañar su posibilidad de ser elegida y su potencial Presidencia. También consideramos que Putin y el gobierno ruso desarrollaron una clara preferencia por el Presidente electo Trump”. Rusia, por supuesto, ha negado cada una de estas acusaciones.
22 | Observatorio Internacional No13 | Facultad de Comunicaciones y Humanidades | Universidad Finis Terrae en conjunto con la ONU.


































































































   20   21   22   23   24