Page 10 - Boletín Observatorio Octubre 2016
P. 10

Paul Venturino D. Periodista Universidad Católica de Chile Magíster en ciencia política, mención instituciones y procesos políticos Universidad Católica de Chile Magíster en comunicación audiovisual y publicidad, Universidad Autónoma de Barcelona, España Profesor de pre y posgrado Escuela de Periodismo Universidad Finis Terrae Profesor magister de comunicación estratégica facultad de comunicaciones, Universidad Católica de Chile Socio y director ejecutivo de Strategika paul.venturino@grupostrategika.cl
10 | Observatorio Internacional No10 | Facultad de Comunicaciones y Humanidades | Universidad Finis Terrae
tar su imagen negativa de mujer de clase alta, miembro de una elite bien educada y poderosa, como ha resaltado la propa- ganda republicana. Al plantear que ella se la juega por Estados Unidos se orienta a mostrarla comprensiva y preocupada por las oportunidades (en lo que ser mujer y continuadora de Obama es un gran driver) sobre la base de dos elementos claves: reforma a la educación, con énfasis en la educación temprana; y el desarrollo de una economía para todos, con impuestos y dis- tribución de ingresos.
Por su parte, Donald Trump tiene una línea comunicacional clara, que apunta al votante decepcionado de la elite gobernante y que se ha empobrecido en la última década por falta de empleo y por la ine cacia del Estado de asistirlo adecuadamente. Más allá de la retórica violenta y ofensiva con algunos grupos, Trump fue hábil en gestio- nar su eslogan en la primera etapa de la campaña, destacando que hacer grande a
Estados Unidos se basa en cambiar a la actual elite y recuperar los elementos sobre los que se construyó el capitalismo: indus- tria fuerte con empresas con espíritu nor- teamericano, con empleos bien pagados y programas de asistencia.
En la segunda etapa de la campaña —y teniendo claro que la retórica violenta afecta su con abilidad— su campaña ha cambiado progresivamente al concepto de “America is Back. I’m your voice”. Si bien mantiene las bases de volver a las bases de la tra- dición norteamericana, se plantea desde una posición más amable, menos confron- tacional y en la que desea destacarse como ejemplo de un buen ciudadano.
La campaña ya se acerca a su  n y queda por saber quién podrá capitalizar mejor y hacer que los ciudadanos norteamericanos dejen su apatía y decidan el modelo de desarrollo que desean para los próximos cuatro años.


































































































   8   9   10   11   12