Page 20 - Boletín Observatorio Octubre 2016
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El poder de los clanes
Tras la independencia de Filipinas de Estados Unidos, en 1946, emergió un duopolio de partidos: el Nacionalista y el Liberal. Entre ellos se fueron alternando en el poder. Sin embargo, ambos partidos y otros que se han ido estableciendo repre- sentan poco desde el punto de vista ideo- lógico. Lo que importa no es el partido, sino el clan al que pertenezcan los candi- datos a los distintos puestos de represen- tación popular.
Los clanes corresponden a dinastías fa- miliares de la élite lipina. Esta dinámica es antigua, al punto que los investigado- res sostienen que proviene de la época en que España era el poder colonial sobre este archipiélago asiático. En esa época a los clanes se les llamaba “ilustrados”. Durante la ocupación norteamericana —de casi medio siglo hasta el n de la Segunda Guerra Mundial— las dinastías “ilustradas” se mantuvieron con sus lide- razgos locales y privilegios.
Hubo pequeñas alteraciones que, sin embargo, poco cambiaron el panorama. Ferdinand Marcos, por ejemplo, fue electo
Presidente en 1965 y reelegido en 1969. Apenas tres años más tarde declaró la Ley Marcial y los derechos civiles fueron suspendi- dos. Por medio de la manipula- ción de la ley, del Congreso y el fraude electoral, Marcos se convir- tió en un dictador. Como tal, ordenó el encarcelamien- to de opositores políticos como Benigno Aquino
Jr. Solamente una sucesión de manifesta- ciones en su contra, conocidas como la “Revolución EDSA” (por la avenida EDSA, en el centro de Manila, donde se con- centraron las marchas), pudo sacarlo del poder, ya en 1986.
Tras la caída de Marcos, la viuda del ex lider opositor, Corazón Aquino, ganó las primeras elecciones democráticas al mando de una coalición liderada por el partido PDP-Laban. Ella estableció las bases de la Filipinas de hoy, con su Constitución de 1987. Esa Carta Fundamental ja que el país es una repúbli- ca democrática en un Estado unitario, con las Fuerzas Armadas bajo la explícita subor- dinación de las autoridades civiles.
Luego de que Aquino llegó al poder, el viejo estilo de las dinastías regresó. Algunos estudios académicos calculan que el número de familias que poseen miembros en alguna repartición del Estado, desde el nivel comunal hasta los puestos más altos, promedia 260. Casi el 60% de los congre- sistas posee algún familiar en puestos de elección popular. Y tres de cada cuatro legisladores pertenece a alguno de los clanes.
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